
En Las Bacantes se nos muestra a Dionisos, en forma humana, en la ciudad de Tebas con el objetivo de castigar la insolencia de su rey, Penteo, que niega el origen divino del dios prohibiendo sus ritos. Este acto de arrogancia es muy penado en las tragedias de Eurípides y, pese a las advertencias de Cadmo, abuelo del joven rey Penteo, el monarca apresa al extranjero. Dionisos se aparece ante Penteo y le convence para que vaya a observar a las Bacantes (las mujeres tebanas que habían huido de la ciudad poseídas por el dios para realizar los rituales en su honor).
El rey parte y su propia madre, Ágave, lo mata, creyéndole una fiera. Cuando la mujer se percata de lo que ha hecho sufre tremendamente ante el horror del acto cometido. La obra termina con la partida hacia el exilio de Cadmo y Ágave.
