ESPEJO. Capricho escénico.

El viaje de ESPEJO nace en tierra fértil, en la vega de Granada, 1898, entre raíces de tradición secular que alimentaron la sensibilidad lorquiana. Los títeres de cachiporra, el piano, relaciones personales y familiares impregnan la creación del
poeta. En la residencia de estudiantes de Madrid brota y se nutre. Crecimiento y decepción. Encuentros y desencuentros en la relación con Buñuel y Dalí. Éxito del Romancero gitano, la censura y la imposibilidad de estrenar sus obras de teatro. No ingresa y sigue mantenido por sus padres. Eso pesa. Reconocemos la decepción humana que habita en las grandes ciudades enfermas de competitividad y ansias de brillar. Una huida necesaria nos lleva a las Américas
donde en pleno crack del 29 nació “Nueva York en un poeta”. Como clave final de este periplo Cuba, la luz, la vitalidad, los colores y el recuerdo de Andalucía. La madurez, el sabor amargo del tabaco, el olor de la muerte, el dulce de la caña, el calor y la conexión con los ancestros. Se puso a mirar el mar y lo comprendió todo…